Recientemente vi la presentación ¿Dónde estamos en la cadena de suministro global?, de Mauricio Galindo, Encargado de Operaciones de la Organización Internacional del Café (OIC), que realizó durante Re; co Symposium en Gothenburg, Sweden, y publicado en el canal oficial el 28 de julio de este año.
De ella me pareció importante resaltar los siguientes puntos del conferencista:
- “No sabemos cuánto café se produce año con año”: Según explicó, las principales compañías que lideran las estimaciones de producción son OIC; Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA); Neumann Kaffee Gruppe (NKG); y Volcafé. Ninguna de ellas coincide plenamente con las estimaciones. Por ejemplo, en las cosechas del 2013/2014 y 2014/2015, ICO estimó más de 145 millones, mientras que Volcafé un poco más de 155 millones de sacos de 60 kilos, una diferencia de casi 9 millones de sacos, solo por citar los dos extremos. Un año después, las diferencias más marcadas fueron las proyecciones de OIC, con casi 142 millones y USDA con cerca de 150 millones de sacos de 60 kilos. “Saber cuánto hay de un producto en el mercado es clave para fijar precios, y si no se tiene información precisa, el campo de la especulación toma el control”, manifestó.

2. “Las exportaciones están creciendo”: En el 2011 se registró un total de 104.1 millones de sacos y tres años más tarde fueron 112.0 millones, aumentando casi 5.5 millones cada año. Sin embargo, explica el analista, esto se debió a que Brasil tuvo cosechas muy productivas que le permitieron también guardar excedentes y venderlos frente a un mejor tipo de cambio y precio internacional del café. El año pasado, en cambio, presentó uno de las sequías más fuertes registrada en los últimos años que afectó la cosecha de 2015, posiblemente hasta en un 30%. A esto, explica el consultor, hay que agregarle que Brasil ya no cuenta con esos stocks tan altos acumulados en el lapso del último lustro, por lo que hay una volatilidad alta de precios, incrementándose hasta en un 15%.
3. “Concentración de la producción”: Galindo afirma que “los únicos dos países exitosos en la producción de café son Brasil y Vietnam” con más 50% del total mundial. Esto se debe a que incorporaron conceptos agro-industriales que permitieron un negocio rentable. Pese a ser muy diferentes realidades, la clave que se destaca en ambos países es “productividad que se traduce en rentabilidad”. En el caso del país carioca, tomando en cuenta variedades Arábica y Robusta, su productividad es de 1,421 kg/ha mientras que la de Vietnam es de 2,499 kg/ha solo con robusta. Le sigue Guatemala con 1,009 y Colombia con 846 kg/ha, ambos con Arábicas, e India con 846 kg/ha con robustas. Galindo concluyó este aspecto diciendo que “la clave es que los pequeños productores de café pasen de ser solo productores a ser pequeños empresarios”. Si no dan ese paso, “los pequeños productores se extinguirán”, sentenció.
4. “El consumo de café está cambiando, y está cambiando dramáticamente”: Galindo resaltó que contrario a la concentración de la producción de café en tan solo dos países, el consumo en cambio se expandió, es mucho más complejo y diverso. Como referencia, citó las estadísticas de consumo de países emergentes (China e India), exportadores (América del Sur, Centro América, Africa y Asia) y tradicionales (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania y otros) en tres años: 1965, 1990 y 2014. Los primeros, pasaron del 2% al 15% de consumo; los segundos del 25% al 31%; mientras que los últimos disminuyeron del 73% al 54%. Los países emergentes de hecho doblaron su crecimiento del 2000 al 2014, “especialmente debido al ingreso disponible”.

5. “¿Cómo vamos a obtener tanto café?”: Si el crecimiento de consumo se mantiene entre el 1.5% y el 2.5% para el 2025 se requerirá entre 175 y 195 millones de sacos. Galindo preguntó “¿cómo se conseguirá esta cantidad de manera sostenible: siguiendo el modelo brasileño en donde se duplicó la producción con menos área planteada, tecnología, industrialización y mecanización, logrando mayor producción, mejor fertilización, monocultivo; o como en Centroamérica y Suramérica que requieren mayores extensiones talando árboles primarios, amigable con los pájaros, bajo sombra, orgánica?
Definitivamente es una pregunta difícil de contestar, sobre todo cuando además se suman las realidades políticas y de apoyo estatal que cada país productor tiene o carece. Por ejemplo, Colombia que ofrece subsidio al sector café, mientras que en otros como Guatemala el apoyo a veces está disponible y otras no.
Seguramente cada país tendrá que buscar soluciones alternas y sostenibles, para lograr esa rentabilidad en la producción del café, generar más ingresos de divisas, más empleos directos e indirectos y evitar así que se extinga. Porque ¡atención!, el mercado todavía pide más café.
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